jueves, 27 de julio de 2017

Ruta: Isla Mayor - El Rocío - Almonte

Como esta semana tengo que currar el finde, me dije, habrá que aprovechar los días libres, ¿no? Y me he ido de ruta hoy jueves por la mañana.

Primera diferencia: mucho más tráfico. Es lógico, no nos vamos a quejar. Aunque la ruta que he pillado hoy no era muy transitada.

Hace años quise hacer en coche el camino de Isla Mayor a El Rocío, pero me equivoqué y acabé saliendo a la nacional por Aznalcázar. Igualmente iba asustado porque no era camino para un coche.

Hoy he hecho el camino que debía, también porque me estudié ayer el mapa. Vamos a describir la ruta.

He tenido que pixelar la salida porque Google se empeña en poner mi dirección completa
Salgo de Sevilla, y me dirijo por la carretera que va junto al Guadalquivir: San Juan de Aznalfarache, Gelves, Coria, La Puebla. Cruzamos estos tres últimos para salir a la carretera de Isla Mayor. Me gusta esta carretera porque se ven los campos de arroz a ambos lados. Eso sí, hoy me ha pillado una niebla espesa que me acojonaba bastante: no solo yo no tenía visibilidad, sino que los coches que se cruzaban conmigo (los que subían de Isla Mayor a Sevilla) iban la mitad sin luces. Muy inteligentes ellos.

Mis campos de arroz de Isla Mayor... y la niebla


En Isla Mayor, giro a la derecha hacia la carretera de Villamanrique. Bueno, ese es su nombre, y al final acaba en Villamanrique, pero lo interesante es que se adentra en el entorno natural de Doñana. Y aquí es donde desaparece el tráfico: creo que en total me crucé (en mi mismo sentido o en el contrario) con cinco coches y un camión. Eso sí, la carretera no entra en el parque, se queda en el pre-parque, pero ya va bien porque es bonito así. Había indicaciones para ir a un centro de visitantes, que sí que debía de estar en pleno parque, pero no quería desviarme 22 km de la ruta planeada (que al final iban a ser 22 km de ida y 22 de vuelta). A lo mejor en otra ocasión me meto hasta allí.

Mi montura en la entrada a Doñana.

La carretera está en un sorprendente buen estado, para estar tan poco transitada, y la sensación de tranquilidad es indescriptible. Una vez pasados todos los desvíos a Villamanrique (hay al menos 3), la carretera pasa por la Raya Real (ahí es carretera de parque, con resaltos brutales cada 500 m para que reduzcas al menos a tercera marcha). Es la parte más pintoresca del recorrido, con los bosques frondosos a ambos lados. Es la que aparece en verde en el mapa de arriba.

Una vez acabada la parte del parque, pasa la zona de la comunidad de regantes y sales casi a la aldea de El Rocío. Me di una vuelta a la travesía y salí: no entré en la propia aldea, primero porque no tengo ningún interés (ni soy rociero ni me gusta ese tema), y segundo porque las calles no están asfaltadas sino metidas en tierra. No me apetecía nada acabar en el suelo y empanado en tierra, y es una lástima porque las vistas del parque desde allí son preciosas.

De allí, camino a Almonte, donde paré porque me dolía la cabeza. Pensaba que sería grave y tendría que comprar algún analgésico, pero resultó ser solo la presión del casco; 10 minutos con el casco quitado y desapareció el dolor. Reemprendí mi camino de vuelta por la A-474, que pasa junto a Hinojos, Pilas, Aznalcázar, cruza Bollullos de la Mitación y en Bormujos me pasé a la A-49 de vuelta a Sevilla, porque pasaba ya de soportar rotondas llenas de tráfico un laborable por la mañana.

Esta carretera, la A-474, es una carretera convencional típica, pero me gusta bastante. He hecho bien en cogerla a la vuelta, es sencilla, las curvas son fáciles, cuando ya vas cansado es ideal porque no hay que esforzarse mucho. Por cierto, que cada pocos km hay un «paso de linces», pero me temo que linces no pasarán muchos por allí.

En total, cuatro horitas de ruta, bastante divertida, no tan bonita como otras que he hecho, pero desde luego muy curiosa y original.

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